Por Christian Zamora
Son las 10:15 de la mañana del Día de la Libertad de Expresión, es un martes caluroso y cruzo apurado el inmenso patio de la otrora poderosa y reconocida Universidad Americana de Acapulco, hoy, como lo dijo el maestro Misael Habana convertida en una “secundariota”.
Adentro, en el auditorio, periodistas de todas las regiones están listos para participar en el Foro de la Libertad de Expresión, realizado por organizaciones gremiales y el gobierno estatal. Recorro con prisa las escaleras y tomo el elevador para subir 4 pisos que me separan del temor del reloj… llegué, pero somos buenos mexicanos y el evento programado a las 10 aún no comienza.
Cinco minutos después saludo a mis amigos del Sindicato de Redactores de la Prensa en Atoyac; con Lupita y Carlos Antunez nos palmeamos, nos estrechamos la mano y nos olvidamos por un momento del Covid que pasó a segundo término; entusiasmado les pregunto por Beto Solís y el eterno Gaspar, “el niño de los ojos beige”, “beige pacá y beige pallá” dicen ellos con su picardía costeña que siempre provoca la risa.
“Ya se va a cerrar” grita alguien y corremos a la fila para ingresar al recinto donde 21 periodistas presentarán sus ponencias de lo que vive el gremio. El pasado, el presente y el futuro se conjugan; voces y rostros, ideas y debates, egos y humildad, compañerismo y rivalidad. No están todos, faltan varios… No veo a los calentanos, tampoco a los de Tlapa, ni a los de Taxco e Iguala, no encuentro a los de Tecpan y no llegaron los de Zihua.
En un costado ubico a la Federación y otros compañeros porteños, están agrupados, como si se buscaran, como si fueran un solo ente, saludo con afecto y tomo mi asiento; en la fila de arriba están los consolidados, Paco Nava y el siempre ácido Carlos Ortiz, historias vivientes del periodismo guerrerense.
El reloj marca más de la media y aún no comenzamos; son las 10:35 y distingo en el dorso de una playera azul el “Soy periodista, no dispares”, el lema sólo puede pertenecer a uno, Jose Luis González Cuevas, el famoso “Chocorrol”, el amigo y maestro, la enciclopedia andante, el que nunca olvida a los caídos.
Casi tras de él entró con todo su ego, bien ganado por cierto, el titular de Al Tanto Guerrero; compañero de todos, amigo de pocos y temido por muchos, Misael Habana de los Santos, guste o no una institución; “el vocero de Abelina”, grita don Carlos, y es que el “maestro” es su férreo defensor. Lo miro y recuerdo lo que me enseñó: “no hay periodismo imparcial, porque somos sujetos y no objetos”.
10:45, ¡y por fin comenzó!
Pero el protocolo se vuelve interminable, incomible, infumable.
El discurso de Iván Hernández, delegado federal de Morena, perdón del gobierno, parece eterno. Con palitos y manzanas intenta explicar cómo funcionan sus programas; saca bombos y platillos y anuncia que habrá censo para periodistas independientes, accederán al IMSS y se destinarán 750 millones de pesos –con los que antes la federación pagaba convenios– para viviendas, seguros de riesgo, invalidez y vida. “No es nada”, contesta alguien en susurro.
Una hora más tarde Julio Ayala Carlos se los reprocha, de qué sirve tener el beneficio, y en la teoría todo eso, si los periodistas casi nunca acceden a él, ni siquiera en el lecho de muerte. Trámite sobre trámite, excusa sobre excusa, procesos sin resultados.
Son poco más de las 11 y un ruido roba mi atención; escucho gritos, improperios y su conocida y ronca voz. Llegó empoderado, ensombrerado, es osco y de trato difícil, él lo sabe; lo único que pude entender fue el tiro a bocajarro que soltó: “no son periodistas” recalcó el “Chicharrón”. Todos lo callan pero sigue debatiendo. El exlíder del Sindicato de Periodistas en Acapulco por fin arribó.
Al frente está Posselt, es el director; él lo dijo y a él se lo pedimos: que las propuestas aterrizadas en este foro se concreten, que no sean sólo letra muerta. Su camino por delante es largo; profesionalización, actualización, mecanismos de protección y ver más allá del guinda color; porque en este sector la lucha no es entre chairos y fifis, los periodistas, como bien lo dice Enrique Guzmán, somos un poco locos pero pensantes. Para René respeto, no pleitesía.
El reloj implacable avanza y consume… es casi mediodía y el verdadero Foro inició. Palmas de todos y reconocimiento por su labor: Jorge Vélez Jacinto “El Nene”, Héctor Contreras Organista, Rogelio Memije, Odilón Espino Cabrera, Magdalena Cisneros y Emilio Bustos Aguilar. Vidas e historia. Maestros y amigos. Perseverancia y ejemplo. Periodismo y pasión.
Aún falta mucho por hacer, por construir, por decir, por señalar… y por supuesto, coincido con Paquita Meza, por dejar de romantizar. Porque la libertad de expresión es una llama que se ha ido extinguiendo, pero creo que todos lo tenemos claro, debemos unirnos para que esta nunca se apague.
